viernes, 26 de junio de 2009

ENTREVISTA a: Ángel Corella, uno de los referentes de la danza.

ENTREVISTA a: Ángel Corella, uno de los referentes de la danza.

Comenzó su formación en danza clásica a los diez años de la mano de Víctor Ullate. Es Bailarín Principal del American Ballet Theatre y también estrella invitada del Royal Ballet de Londres, del Ballet de Australia, de la Scala de Milán, del Ballet de Chile, del Ballet de Hungría, del Ballet de Georgia, del Ballet de Finlandia, del Ballet de Puerto Rico, del Asami Maki Ballet deTokio, del Bolshoi Ballet, del New York City Ballet y del Kirov Ballet de San Petersburgo, donde colabora de forma habitual en sus temporadas de Ballet.

Aunque también tiene muchas cosas buenas, ¿cuántas cosas dejas detrás por el mundo de la danza? No sólo al irte a América, sino también durante toda tu carrera como bailarín.
Siempre tienes que ponerlo todo en una balanza y saber si te compensa o no. Hay muchos momentos, sobre todo de soledad, cuando te estás formando como bailarín, y cuando llegas a tener un estatus, las envidias hacen que la gente no quiera hablar contigo. Quizás esa es la parte más negativa de llegar a cierto nivel dentro de la danza clásica.
También es muy difícil encontrar gente que se acerca porque de verdad quiere conocerte como persona y no como Ángel Corella el bailarín, pero es la vida que has elegido y te haces a la idea.
Mucha gente del mundo de la danza dice que los bailarines latinos tienen algo diferente, aunque sin llegar a saber qué es exactamente.

¿En tu opinión cuál es esa diferencia?
Yo creo que la sangre caliente. Nosotros somos muy pasionales y, si vamos, vamos hasta el final aunque nos rompamos la cabeza. En roles dramáticos impacta tantísimo porque nos dejamos llevar y no hay un milímetro de célula que conservemos. En realidad, en el mundo de la danza, aunque tiene sus formas establecidas, llega un momento que esa estructura se tiene que romper y utilizar toda esa técnica para transmitir sentimientos, para conseguir que esa persona que está sentada en el patio de butacas, sólo con mirarte a los ojos, sienta lo que tú estás sintiendo. Cuando uno se lo cree el público lo siente.

Los españoles no tenemos ninguna cualidad distintiva o una escuela clara dentro del mundo de la danza, aunque por otro lado no hay compañía en el mundo que no tenga en su elenco algún español, aun así España no reacciona y no le presta suficiente atención a la danza.
Puedes ponérselo delante de la cara, como Bayadére de mi compañía, impecable dicho por Natalia Makarova, y que vengan las instituciones públicas y no haya reacción.
Durante veinte años tenía que haber existido una compañía como esta y que salga de una forma privada te lo dice todo.

Sabes que mucha gente piensa que los españoles tenemos tanta garra porque en España las cosas nunca han sido fáciles para los bailarines.
Estoy de acuerdo, hay que tener en cuenta que no tenemos una escuela determinada, como otros países. El caso es que se ha creado una escuela propia que ha tomado lo mejor de cada escuela, creando una muy potente.

Hablando de escuelas, Víctor Ullate creó una fábrica de bailarines de la que han salido muchos de los primeros bailarines españoles actuales. ¿Qué pasaba en esas clases?
Si te das cuenta, no ha vuelto a suceder. Cuando te juntas con un grupo de gente donde todos tienen un cierto talento, se aprende mucho. Y eso crea un ambiente muy positivo. De todas formas, tomamos clases con Víctor una vez en semana, pero trabajamos más con Karemia Moreno, María Giménez, María Fernández. Muchas de las veces se aprende más mirando que repitiendo y repitiendo. La danza está en el cerebro: cuando tienes esa sensación de salto, de giro y de colocación, tu cuerpo es como un puzzle que te responde.

¿Cómo fue la experiencia de ganar el Curso Internacional de París?
Me presenté eligiendo las coreografías dependiendo de los trajes que tenía, y los ensayaba el día de salir al escenario, no tenía ni idea de que iba a ganar, me presente para ver cuál era el nivel en el extranjero. Empecé a pasar eliminatorias hasta que me di cuenta que tenía posibilidades de ganar. Después de esto vinieron las cosas una detrás de otra, casi sin darme cuenta.

¿Si no hubieras sido bailarín?
Hubiera sido carpintero de bricolaje. Fuera de bromas.

1 comentario:

  1. Una compañía que sale de una forma privada pero con dineros públicos, no? o no tiene nada que agradecer a la Junta de Castilla Y ´León. O esto no es un organismo público. Vaya caradura.

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