Él próximo estreno de Morfema.

Adaptación teatral de la novela de Mercedes Pinto.

El mes de febrero trae consigo el estreno de la compañía Morfema. Se trata de la adaptación teatral de la novela de Mercedes Pinto, Él. Esta adaptación cuenta con un equipo artístico en el que se mezcla la experiencia y la juventud. A la cabeza del proyecto, el director Enzo Scala, cuyo currículum llenaría las páginas de esta revista. La dramaturgia ha sido realizada por Roberto García de Mesa. En el reparto actúan junto a Ricardo del Castillo, Idaira Santana y Sara Nanpeh. Además cuentan con un equipo de producción muy profesional coordinado por Clemente G. Noda. Con este plantel, y la experiencia de una compañía a la que avala su profesionalidad, no es de extrañar que hayan logrado un espectáculo de una factura impecable.
Morfema asume que, como creadores, tienen la obligación de plantear temas de urgente necesidad social. La violencia de género parece un grave problema que nos afecta a todos por igual y puestos a la búsqueda de textos que tuvieran que ver con este tema, aparece lo que para ellos ha sido una sorpresa mayúscula: la novela Él, de Mercedes Pinto. Mejor deberíamos decir sorpresas, en plural, refiriéndonos a la novela y a la propia autora.
Porque la vida de Mercedes Pinto fue sin duda extraordinaria y sorprendente, y tanto su obra literaria como su compromiso humanístico, no fueron menos densos y abundantes. Además de narradora, poeta, autora de obras de teatro y exitosos programas radiofónicos, directora de su propia compañía artística, conferenciante y periodista, su magnetismo caló muy hondo en los países que acogieron su destino: Uruguay, Chile, Cuba y México. Era aclamada por los obreros y estudiantes de Suramérica, los presidentes y políticos más importantes la requerían como oradora y apoyaban sus experiencias pedagógicas, las mujeres de todo el continente veían en ella a una líder feminista, y hombres de toda ideología llenaron los auditorios para escuchar sus modernas conferencias.
En la novela Él, publicada en Uruguay en 1926, aparece un perfecto retrato de la enfermedad de su primer esposo, un estudio científico sobre la paranoia, como lo afirman los psiquiatras que escriben el preliminar y el epílogo, acompañados también por los criterios de dos abogados. El hecho de que el libro se publicara bajo opiniones tan especializadas se debió, en palabras de la propia autora, a las posibles consecuencias que podía suscitar el caso que exponía. A través de sus páginas, la protagonista denuncia trágicamente las humillaciones a las que la somete su marido paranoico y la incomprensión general a que la condena su condición femenina. La obra de Mercedes Pinto quiso ser una voz que se alzaba en defensa de las mujeres de su época.