En el Palacio de Festivales de Cantabria, los días 10, 11 y 12 de diciembre.
Carmen es ya un mito que convive desde hace décadas en el imaginario colectivo de la cultura española. Su manera apasionada de vivir ya no es extemporánea y su libertad para tomar decisiones y para vivir está plasmada en muchas y muchas mujeres que albergan, hoy en día, dentro de sí, algo de Carmen.
La Carmen de Sara Baras es una consecuencia de sí misma, y por tanto se ha sabido mantener atada a la tragedia del amor que la simboliza. Sin los límites que impone la dramaturgia, la fuerza de su base conceptual está en el gesto y sobre todo en el baile, en esa capacidad infinita de expresión que tiene el flamenco. En Carmen, de Sara Baras, la jondura del flamenco arrasa la palabra y da paso a la acción.
Nacida en Cádiz en 1971, la Baras comenzó su formación artística en la escuela de Concha Baras, su madre y primera maestra de flamenco. Fue precisamente con el grupo de baile que dirigía su madre, y la obra Los Niños de la tertulia, con el que se estrenó en los escenarios. En 1998 formó su propia compañía obteniendo más tarde el Premio Nacional de Danza 2003 y la Medalla de Oro de Andalucía 2004.
Carmen es ya un mito que convive desde hace décadas en el imaginario colectivo de la cultura española. Su manera apasionada de vivir ya no es extemporánea y su libertad para tomar decisiones y para vivir está plasmada en muchas y muchas mujeres que albergan, hoy en día, dentro de sí, algo de Carmen.
La Carmen de Sara Baras es una consecuencia de sí misma, y por tanto se ha sabido mantener atada a la tragedia del amor que la simboliza. Sin los límites que impone la dramaturgia, la fuerza de su base conceptual está en el gesto y sobre todo en el baile, en esa capacidad infinita de expresión que tiene el flamenco. En Carmen, de Sara Baras, la jondura del flamenco arrasa la palabra y da paso a la acción.
Nacida en Cádiz en 1971, la Baras comenzó su formación artística en la escuela de Concha Baras, su madre y primera maestra de flamenco. Fue precisamente con el grupo de baile que dirigía su madre, y la obra Los Niños de la tertulia, con el que se estrenó en los escenarios. En 1998 formó su propia compañía obteniendo más tarde el Premio Nacional de Danza 2003 y la Medalla de Oro de Andalucía 2004.
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