gianni tosso
Cada vez más gente contesta, al ¿estudias o trabajas?, oposito. Y no es porque quieran hacerse los graciosos o esquivar una clara proposición flirteadora. No. Es que en efecto cada vez más gente pretende conseguir un puesto de trabajo con un salario seguro, con una jubilación asegurada y con las prestaciones sociales a salvo.
Cada vez son más, aunque no del todo certeras, las convocatorias del ICO para autónomos y pequeños empresarios, que en lugar de tratar de salvar una situación insostenible, proponen a las empresas meterse en más líos.
Cada vez son más los impagos de autónomos a la Seguridad Social. Empresarios que se resisten a echar el cierre definitivo y van dejando que las deudas se acumulen con la esperanza de poder ir cubriéndolas con el tiempo.
Cada vez son más las empresas que bajan el telón, definitivamente, en España. Mejor no hablar de cifras.
Cada vez son más las denuncias de empresarios y autónomos por el hecho de que no se facilitan créditos y operaciones bancarias de tal corte para garantizar la liquidez de las empresas.
Pero si consideramos que más de 1,7 millones de empresas (un 51,3% del total) no emplea a ningún
asalariado, y que un 27,9% del total tiene entre uno y dos empleados, es decir, que casi ocho de cada diez empresas tienen dos o menos asalariados, mientras que las empresas que emplean a veinte o más trabajadores sólo representan un 2,7% del total, podemos afirmar que España es un país de autónomos, o al menos, que son éstos quienes mantienen y mueven el sistema.
Y ¿qué hace el sistema a cambio? Entorpecer, sanguijuelear las tetas de la vaca hasta conseguir que desaparezcan.
En cambio, hay que ver cómo son las cosas, al cierre de la edición de esta Revista, el IBEX-35 registra su segundo máximo consecutivo de este año, situándose en los 11303,8 puntos. Qué bien.
Y curiosamente los valores que más suben son los bancarios: Banco Popular (4,60%), Bankinter (3,56%), BBVA (3,34%), Repsol (2,13%), Santander (1%).
Pero como uno es de natural optimisma, sigue adelante, tal y como la mayoría de los empresarios de la cultura hace, reinventando las líneas de actuación cada día, besando cada año de experiencia vivido hasta la fecha y poniendo el ojo en los calendarios que vendrán. Agradeciendo que los bancos ganen cada vez más dinero, porque gracias a ello se podrá invertir mucho dinero dentro de unos meses, en cuanto se allane el camino.
Y con el mismo optimismo, uno mira con la vista puesta en las próximas elecciones generales, en la que todos tendremos la oportunidad que el sistema nos brinda para elegir libremente a nuestro nuevo señor feudal. Trataremos de votar a alguien que sepa explotar a los siervos con mejor mano izquierda, o derecha, que para el caso es lo mismo.
También se entusiasma uno con que haya cada vez más funcionarios, porque en cualquier momento se hace uno con alguno como partenaire y así se agarra a una tabla de salvación para poder cerrar en agosto por vacaciones.
Que esa es otra. El cierre vacacional de este agosto ha sido de batir records. No sólo las administraciones, al menos las que se encargan de los pagos, han cerrado por vacaciones. Han cerrado infinidad de chiringuitos con el sano propósito de gastar menos estando cerrados que permaneciendo abiertos. Incluso muchas empresas de música, danza y teatro han cerrado este agosto, suponemos que para desenchufar conciencias.
Cada vez son más, aunque no del todo certeras, las convocatorias del ICO para autónomos y pequeños empresarios, que en lugar de tratar de salvar una situación insostenible, proponen a las empresas meterse en más líos.
Cada vez son más los impagos de autónomos a la Seguridad Social. Empresarios que se resisten a echar el cierre definitivo y van dejando que las deudas se acumulen con la esperanza de poder ir cubriéndolas con el tiempo.
Cada vez son más las empresas que bajan el telón, definitivamente, en España. Mejor no hablar de cifras.
Cada vez son más las denuncias de empresarios y autónomos por el hecho de que no se facilitan créditos y operaciones bancarias de tal corte para garantizar la liquidez de las empresas.
Pero si consideramos que más de 1,7 millones de empresas (un 51,3% del total) no emplea a ningún
asalariado, y que un 27,9% del total tiene entre uno y dos empleados, es decir, que casi ocho de cada diez empresas tienen dos o menos asalariados, mientras que las empresas que emplean a veinte o más trabajadores sólo representan un 2,7% del total, podemos afirmar que España es un país de autónomos, o al menos, que son éstos quienes mantienen y mueven el sistema.
Y ¿qué hace el sistema a cambio? Entorpecer, sanguijuelear las tetas de la vaca hasta conseguir que desaparezcan.
En cambio, hay que ver cómo son las cosas, al cierre de la edición de esta Revista, el IBEX-35 registra su segundo máximo consecutivo de este año, situándose en los 11303,8 puntos. Qué bien.
Y curiosamente los valores que más suben son los bancarios: Banco Popular (4,60%), Bankinter (3,56%), BBVA (3,34%), Repsol (2,13%), Santander (1%).
Pero como uno es de natural optimisma, sigue adelante, tal y como la mayoría de los empresarios de la cultura hace, reinventando las líneas de actuación cada día, besando cada año de experiencia vivido hasta la fecha y poniendo el ojo en los calendarios que vendrán. Agradeciendo que los bancos ganen cada vez más dinero, porque gracias a ello se podrá invertir mucho dinero dentro de unos meses, en cuanto se allane el camino.
Y con el mismo optimismo, uno mira con la vista puesta en las próximas elecciones generales, en la que todos tendremos la oportunidad que el sistema nos brinda para elegir libremente a nuestro nuevo señor feudal. Trataremos de votar a alguien que sepa explotar a los siervos con mejor mano izquierda, o derecha, que para el caso es lo mismo.
También se entusiasma uno con que haya cada vez más funcionarios, porque en cualquier momento se hace uno con alguno como partenaire y así se agarra a una tabla de salvación para poder cerrar en agosto por vacaciones.
Que esa es otra. El cierre vacacional de este agosto ha sido de batir records. No sólo las administraciones, al menos las que se encargan de los pagos, han cerrado por vacaciones. Han cerrado infinidad de chiringuitos con el sano propósito de gastar menos estando cerrados que permaneciendo abiertos. Incluso muchas empresas de música, danza y teatro han cerrado este agosto, suponemos que para desenchufar conciencias.
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