viernes, 27 de febrero de 2009

OPINIÓN: Gianni está castigado y no puede salir a jugar

Gianni está castigado y no puede salir a jugar.








Gianni Tosso


400.000 €

Se dice pronto, pero eso son unos 67.000.000 de pesetas. Obviamente, cada uno puede gastarse su dinero en lo que le plazca y repartir su presupuesto como crea conveniente. No podemos decirle a nadie, por muy representante electo que sea, dónde debe gastarse su dinero. Por ejemplo, no podemos decirle a don Mariano Fernández Bermejo, Ministro de Justicia, que no debe gastarse mil euros en una cacería y que ese dinero debería gastarlo en merluza congelada. Faltaría más. Tampoco somos quién para decirle a doña Plácida Morales Santana, Administrativa de una empresa textil, que está mal gastarse doscientos euros en unas botas de invierno, que debería haber esperado a las rebajas y que debió utilizar ese dinero para renovar los uniformes del colegio de sus hijos. ¿Quiénes somos para ello? El presupuesto privado es precisamente eso: privado. Ya nos gustaría, a los que vivimos de la cultura, que tanto uno como otra se hubiesen gastado ese dinero en nuestro sector, pero reconocemos que pueden gastárselo donde más rabia les dé. Si fuese dinero público cambiarían las cosas, porque entonces sí que tendríamos todo el derecho del mundo a exigir. De hecho, muchísima gente relacionada profesionalmente con la cultura ha sugerido a los gestores políticos que alienten el consumo cultural. E incluso deberíamos participar de manera activa en la orientación de los presupuestos, bien sea realizando propuestas, presentando proyectos o decidiendo con nuestros votos.
La pregunta del millón, es decir, la pregunta de los 67.000.000 es ¿en qué se gastaría usted 400.000 euros?
El Presidente de la Xunta de Galicia ha contestado a esta pregunta gastándoselos, esos cuatrocientos mil y ochenta mil más, en un coche oficial. ¿Tenemos derecho a pedirle explicaciones por ello? Habría que ver. Igual no. Con la misma en Galicia no hay necesidades personales, ni educativas, ni sanitarias, ni culturales que cubrir, y así, claro, pues puede el señor este gastarse el dinero que le sobra a la Comunidad en cosas como ésta.
La Consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria ha contestado gastándose esa cantidad, suponemos que nominal, pero que luego aparecerán gastos imprevistos, en la Gala de los Premios Max. ¿Tenemos derecho a pedirle que dimita hoy, que no lo deje para mañana? Pues tal vez, no. Tal vez resulte que en Gran Canaria todo va estupendamente. Con la misma ya tienen un teatro capitalino que funcione como es debido dentro de la programación de los Circuitos, tal vez resulte que el Circuito Insular de Gran Canaria ya está en marcha, y con dotación económica suficiente, que las infraestructuras están a pleno rendimiento y que las empresas que tributan en Gran Canaria están trabajando, por fin, y sin el eterno riesgo de quiebra que se ha cernido sobre ellas últimamente.
Por su parte, el Cabildo Insular de La Palma, ha contestado a la pregunta destinando 400.000 euros a la realización de acciones en favor del colectivo de personas con discapacidad, teniendo también en cuenta aquellas acciones que cubran vacíos existentes en la actual prestación de servicios sociales y aquellas actividades destinadas a colectivos que actualmente no cuenten con servicios especializados de la red insular. ¿Tenemos derecho a recriminarles por ello? Pues mira, igual sí. Con la misma el coche oficial del Presidente del Cabildo de La Palma es un buen coche que sólo cuesta tres o cuatro millones de pesetas. Que mira, vergüenza debería darle al hombre. Tienen una programación cultural altamente estable, que oye, no sé cómo se atreve a salir a la calle. Y están actualizando las infraestructuras. Lo dicho, una vergüenza para el gremio de los gestores políticos.
¿Que quiénes somos nosotros para demandar un destino u otro de los fondos públicos? ¿Que quiénes somos para poner en tela de juicio los desmanes de quienes actúan sólo de cara a la galería? ¿Votantes? ¿Empresarios? ¿Trabajadores de la cultura? ¿Personas?

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