Tiene razón Gianni Tosso cuando escribe que estamos pasando la mayor crisis de la historia, pero que es una crisis de vergüenza. La nuestra es una compañía pequeña. Supongo que como la mayoría de las compañías de teatro de España. Acabo de recibir una carta de Hacienda en la que reclaman el pago de un 20% de recargo de apremio por no haber podido cumplir a tiempo con las obligaciones tributarias. ¡Un 20% desde el primer día de retraso! Y no les cuento nada sobre lo que nos cuesta mantener en pie la empresa para no aburrirles, pero sí les comento que el banco nos está acribillando a intereses, por los descubiertos que tenemos y por los créditos que hemos tenido que pedir para ir haciendo frente a los pagos. Y ¿a que no se imaginan por qué hemos tenido que pedir créditos y no hemos podido pagar a Hacienda, y por qué los seguros sociales no han podido pagarse? Incluso ¿por qué es más que probable que tampoco cobremos este mes la nómina? Pues porque la propia Administración no nos paga las facturas que nos debe, algunas de ellas desde hace dos años.
Hacienda debería hacerse cargo del cobro de nuestras facturas, así al menos, se sancionaría al que de verdad está incumpliendo con los compromisos. Los circuitos obligan a los ayuntamientos a pagar las facturas a pie de escenario, la Ley dice que las facturas deben pagarse en un plazo máximo de dos meses, y sin embargo, quien tiene que pagar multas e intereses somos las pequeñas compañías, que intentamos sobrevivir como podemos, pero que, como esto siga así, vamos a tener que echar el cierre.
He leído en su revista que la Cultura contribuye con un 2% del PIB. Perdón por corregirles, pero según el BOE del 26 de noviembre lo hace con un 4%. Y parece ser que esto a nadie le importa. No hay quien se preocupe por solucionar este problema, que está ahogando a compañías como la nuestra, que después de quince años de trabajo, vamos a tener que cerrar porque los ayuntamientos no pagan, e irnos a la calle, con una mano delante y otra detrás.
Amalia García
Hacienda debería hacerse cargo del cobro de nuestras facturas, así al menos, se sancionaría al que de verdad está incumpliendo con los compromisos. Los circuitos obligan a los ayuntamientos a pagar las facturas a pie de escenario, la Ley dice que las facturas deben pagarse en un plazo máximo de dos meses, y sin embargo, quien tiene que pagar multas e intereses somos las pequeñas compañías, que intentamos sobrevivir como podemos, pero que, como esto siga así, vamos a tener que echar el cierre.
He leído en su revista que la Cultura contribuye con un 2% del PIB. Perdón por corregirles, pero según el BOE del 26 de noviembre lo hace con un 4%. Y parece ser que esto a nadie le importa. No hay quien se preocupe por solucionar este problema, que está ahogando a compañías como la nuestra, que después de quince años de trabajo, vamos a tener que cerrar porque los ayuntamientos no pagan, e irnos a la calle, con una mano delante y otra detrás.
Amalia García
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