Teatro Circo de Marte
Santa Cruz de La Palma
Reinaugurado en octubre de 2008, el Teatro Circo de Marte mantiene el sabor original gracias a una cuidada restauración. El edificio se construyó en 1871 y fue remodelado entre los años 1914 y 1918, y fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento en 1997. Y hasta aquí la historia.
Tal como se encuentra actualmente, que es a lo que vamos, el teatro ha estado programando desde su reinauguración, el 25 de octubre, hasta final de año, con espectáculos que han ido desde el teatro de humor y la música popular a la danza.
El palco escénico es de madera, aunque el organismo que lo gestiona, que es el área de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, dice tener un suelo negro, por si fuera necesario. También es cierto que disponen de tapiz de danza para cubrir el escenario. A ver si se van a referir a eso y estamos nosotros haciendo el tonto. El palco escénico tiene una boca de diez metros y un foso donde meter a los leones, o a los músicos que acompañen a la ópera que tarde o temprano acabará programándose.
Se puede acceder directamente desde la calle al escenario, porque en 1871 los arquitectos encargados de diseñar teatros aún poseían la capacidad de discurrir, y meter los trastos a través del muelle de carga. Luego ya decidirá uno si usa o no el ascensor. Si mandamos al equipo artístico a los camerinos, se van a encontrar con tres muy bien equipados, con ducha, espejos, plancha, sillas, lavabos, percheros, en fin, lo que debería haber en cualquier camerino, cuando lo hay. Nosotros les damos un cinco sobre cinco. Y si no queremos ver a los artistas merodeando por el escenario, podemos sugerirles que se vayan a la sala de ensayos, o a la biblioteca, dependencias con las que cuenta el edificio, o mandarles a cualquier cafetería de la zona. Cuando vuelvan, que pasen por la puerta principal para que disfruten de la entrada del teatro. Los baños de señores a la izquierda y de señoras a la derecha, no les vaya a pasar lo que a nosotros, que acabamos escuchando un gritito y casi nos tiran al foso. Y que paseen por los foyer (con perdón), tanto el principal como los laterales, donde hay espacio más que sobrado para dar un coctel. Igual hay suerte y cojen la idea y la buena costumbre de servir uno tras cada estreno.
La platea dispone de 198 asientos y 4 localidades para minusválidos, el resto de las butacas, hasta completar un total de 505, están distribuidas entre la planta baja, el entresuelo y el gallinero.
Los técnicos podrán hacer uso del equipamiento del teatro, que no incluye ciclorama, pero al tiempo, porque de audiovisuales y equipo técnico están servidos. Tienen un total de 19 varas, motorizadas las cuatro de iluminación y a manubrio las de telonería, y los frontales, al no tener vara frontal, que los vayan colocando por la sala, en los lugares a propósito para ello, claro, para dar luz a los diez metros de boca del palco escénico con 24 Par 64, 24 panoramas, mitad y mitad, 22 PCs de 1000, 8 de 2000 y 36 recortes, que oye, da gusto con los espacios nuevos.
Durante la función, el acceso a cambios rápidos es relativamente sencillo porque los camerinos están ahí ahí con el hombro derecho, pero al entrar y salir, tanto a derecha como a izquierda, ojito con las paredes que vamos siempre como locos durante la función y podemos dárnosla de frente con los muros que hay entre puertas.
En fin, un espacio en el que hasta yo, si fuera artista, querría actuar.
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